El Sabotaje Familiar. Ah Pa Familita….
Erase una vez un empresario ya abre su empresa allá en la década de los 70s, y como es natural se casa y tiene hijos. Todo marcha muy bien hasta que a mediados de los 80s, dónde los queridos adolescentes son integrados al negocio para que se enseñen a trabajar…
al llegar los 90s algunos de ellos comienzan a concretar sus carreras profesionales y continúan en la empresa.
Al llegar la década de los 2000, agárrense Porque todo se convierte en una novela. Algunos de los hijos creen merecer más dinero, otros se ven en puestos estratégicos, otros creen tener la posibilidad de tener acciones (ojo… Ya para ser dueños!), otros andan imaginándose cómo se reparte el patrimonio familiar creado por los últimos 30 años de la empresa. Y el papá???
Tristemente estos finales son catastróficos en muchos de los casos, ya que hay divisionismo entre los mismos hermanos y las diferencias se ven marcadas tarde que temprano, mientras que Papá no sabe qué hacer ya que el principio igualitario de ser padre no le permite colocar o definir quién o quiénes, pueden, quieren, se merecen o no participar más con la empresa y por obvias razones recibir un poco más de lo recibido.
Todo esto se origina gracias a la falta de previsión de su señor padre, quién nunca previo qué es la intervención de la familia es un factor clave para la estabilidad de la empresa, la sanidad financiera, el control de la operación y la disposición de los recursos.
Si usted tiene una empresa debe de contemplar un plan de sucesión para que sus críos no entren en conflicto y que asegure la mayor vida posible de la empresa. De no hacerlo, se pueden presentar sabotajes, actos de rapiña, omisiones intencionales, golpe de estado familiares y hasta pérdidas operativas.
Piénselo bien.
